Ver resumen de Unas Recomendaciones

No creo que sea necesario ser un experto para compartir lo que a uno le ha servido. A veces, simplemente contar el camino recorrido puede ser útil para otros que están buscando el suyo. Con ese espíritu, y con todo respeto por los muchos otros caminos posibles, me animo a ofrecer algunas recomendaciones.

Entre otras herramientas, recomendaría empezar por incorporar un hábito sencillo, como el Pedido, que se encuentra en el libro Silo a Cielo Abierto[1]. La práctica, idealmente diaria, abre camino a la comunicación con el interior de uno mismo, a la reconciliación y a la compasión. Siendo, además, muy útil para ir ganando en coherencia y dirección en la vida. Otro trabajo que me parece cimentador es la configuración de un Guía Interno. Y la gran aportación, sin lugar a dudas será el Trabajo con la Fuerza.

EL PEDIDO

También conocido como El Regalo, o La Receta o, incluso, La Bocanada, que se encuentra completo en el libro Silo a Cielo Abierto[2]. Fue expuesto por Silo el 7 de mayo de 2005, en su discurso de inauguración de la Sala de Sudamérica, en La Reja, Buenos Aires, Argentina:

«Como hoy estamos en una celebración (y en algunas celebraciones la gente intercambia presentes), quisiera hacerte un regalo que, por cierto, tú verás si merece ser aceptado. Se trata, en realidad, de la recomendación más fácil y práctica que soy capaz de ofrecer. Es casi una receta de cocina, pero confío en que irás más allá de lo que señalen las palabras…

En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga unidad. No destines mucho tiempo a esta breve oración, a este breve pedido, porque bastará con que interrumpas un instante lo que va sucediendo en tu vida para que en el contacto con tu interior se despejen tus sentimientos y tus ideas.

Alejar la contradicción es lo mismo que superar el odio, el resentimiento, el deseo de venganza. Alejar la contradicción es cultivar el deseo de reconciliación con otros y con uno mismo. Alejar la contradicción es perdonar y reparar dos veces cada mal que se haya infligido a otros. Esta es la actitud que corresponde cultivar. Entonces, a medida que el tiempo pase comprenderás que lo más importante es lograr una vida de unidad interna que fructificará cuando lo que pienses, sientas y hagas vaya en la misma dirección. La vida crece por su unidad interna y se desintegra por la contradicción. Y ocurre que lo que haces no queda solo en ti sino que llega a los demás. Por tanto, cuando ayudas a otros a superar el dolor y el sufrimiento haces crecer tu vida y aportas al mundo. Inversamente, cuando aumentas el sufrimiento de otros, desintegras tu vida y envenenas al mundo. ¿Y a quién debes ayudar? Primeramente, a quienes están más próximos, pero tu acción no se detendrá en ellos. Con aquella ‘receta’ no termina el aprendizaje, sino que empieza. En aquella ‘receta’ se dice que hay que pedir, pero ¿a quién se pide? Según lo que creas será a tu dios interno, o a tu guía o a una imagen inspiradora y reconfortante. Por último, si no tienes a quién pedir tampoco tendrás a quién dar y entonces mi regalo no merecerá ser aceptado. Más adelante podrás considerar lo que explica el Mensaje en su Libro, en su Camino y en su Experiencia. Y también contarás con verdaderos compañeros que puedan emprender contigo una vida nueva. En aquel simple pedido, hay también una meditación que se orienta hacia la propia vida. Y ese pedido y esa meditación irán cobrando fuerza como para transformar las situaciones cotidianas. Avanzando de ese modo, tal vez un día captes una señal. Una señal que se presenta a veces con errores y a veces con certezas. Una señal que se insinúa con mucha suavidad, pero que en contados momentos de la vida irrumpe como un fuego sagrado dando lugar al arrobamiento de los enamorados, a la inspiración de los artistas y al éxtasis de los místicos. Porque, es conveniente decirlo, tanto las religiones como las obras de arte y las grandes inspiraciones de la vida salen de allí, de las distintas traducciones de esa señal y no hay por qué creer que esas traducciones representen fielmente al mundo que traducen. Esa señal en tu conciencia es la traducción en imágenes de lo que no tiene imágenes, es el contacto con lo Profundo de la mente humana, una profundidad insondable en que el espacio es infinito y el tiempo eterno.»


EL GUÍA INTERNO

De entre las excelentes meditaciones dinámicas creadas por Silo, hay una que quiero proponer especialmente, por su alto valor. No solamente es, en sí misma, un muy adecuado ejercicio de movimiento de imágenes y de cargas afectivas por los planos del espacio de representación. Es también el punto de partida habilitante para disponer de un maravilloso mecanismo de apoyo personal, que es el Guía Interno. Por eso se llama, precisamente, Configuración del Guía Interno. Esta técnica admite perfectamente el trabajo individual, si bien se beneficia mucho de ser ejercitada en común. En cualquier caso, es bueno seguir mentalmente el recorrido propuesto desde un estado de relax, como los propuestos en el Curso de Distensión del libro Autoliberación[3]. La audición de una versión grabada de este texto puede facilitar aún más su seguimiento. En internet se localizan múltiples versiones, grabadas por voluntarios y de libre acceso[4].

En El Libro de la Comunidad[5], encontramos la narración a seguir, precedida de este texto, muy clarificador:

«A veces, uno se encuentra en momentos de soledad y considera sus dudas y proyectos, estableciendo una especie de conversación en voz alta, como si hablara con otro. Pero en general, uno se pregunta y responde en silencio, formulando también deseos y arrepintiéndose de haber hecho mal las cosas.

Hay quienes imaginan a sus padres o a personas queridas y respetadas a las que dirigen sus preguntas, no importando siquiera si esos seres están vivos.

En ocasiones, también pensamos qué hubiera hecho otra persona en nuestro lugar.

A veces, tendemos a seguir lo que consideramos buenos ejemplos, e imitamos actitudes y comportamientos de otros, imaginando a menudo diálogos con ellos.

Todos los casos que hemos mencionado responden a un mecanismo útil de la imaginación: el mecanismo del Guía Interno.

Cualquier persona puede advertir guías internos por los que tiene especial preferencia. Es un trabajo muy interesante eso de reconocer el/la o los/las guías que sirven de referencia. Pero en esa tarea se debe tratar de encontrar una imagen que cumpla con tres requisitos: 1° sabiduría, 2° bondad y 3° fuerza. Si falta alguno de ellos, nuestra relación con esa imagen no es constructiva. Si no encontramos una persona real que tenga esos atributos, podemos imaginar alguna que los tenga, aunque haya muerto o no exista. En tal caso, en los momentos de dudas o confusión, poder conectar con el Guía Interno es una gran ayuda por las respuestas o la compañía que proporciona.»

Y este es el texto de la narración. Los asteriscos señalan momentos en que conviene guardar una pausa significativa, para tener tiempo de visualizar las imágenes propuestas:

«Estoy en un paisaje luminoso en el que alguna vez sentí una gran felicidad. (*)

Alcanzo a ver el sol que se agranda. Lo observo sin molestia. Notablemente, dos rayos se desprenden de él posándose en mi cabeza y en mi corazón.

Comienzo a sentirme muy liviano y a experimentar que soy atraído por el astro. De ese modo, siguiendo los trazos luminosos, me dirijo hacia él.

Desde el disco enorme que se convierte en una esfera gigantesca recibo esa calidez suave y benéfica.

Ya en el interior del sol, aspiro y expiro amplia y profundamente. La luz que me rodea, se introduce en mi cuerpo al ritmo de la respiración, dándome cada vez más energía.

Me siento sereno y radiante. Entonces, pido con mis mejores sentimientos, que se presente ante mí el guía interno y que lo haga del modo más propicio. (*)

El me dice que representa a mi Fuerza interna, a mi energía y que si sé cómo usarlo tendré dirección en la vida, tendré inspiración y tendré protección. Pero que debo hacer el esfuerzo por verlo bien o por sentir su presencia con intensidad. (*)

Pido al guía que pose sus manos en mi frente y las mantenga así unos instantes.

Empiezo a sentir que desde el centro de mi pecho crece una esfera transparente que termina abarcándonos a ambos. (*)

Digo al guía que haga renacer en mí un profundo amor por todo lo existente y que me acompañe en la vida dándome alegría y paz. (*)

Pregunto por el sentido de la vida y espero su respuesta. (*)

Pregunto qué es realmente la muerte y espero su respuesta. (*)

Pregunto por el valor de mi vida y espero su respuesta. (*)

Pregunto, meditadamente, por una situación especial de mi vida y espero su respuesta. (*)

Pido al guía que esté siempre a mi lado en los momentos de duda y zozobra pero que también me acompañe en la alegría.

El guía se separa de mí y se convierte en una gran flor de pétalos abiertos que contrasta en sus colores con el fondo luminoso del sol. Luego la flor, va cambiando de formas y de tonos como si fuera un armonioso caleidoscopio. Entonces, comprendo que atenderá a mis pedidos.

Empiezo a alejarme del brillante sol, pleno de vida y fortaleza.

Y por dos trazos luminosos, desciendo al hermoso paisaje, reconociendo en mi interior una gran bondad que busca expresarse en el mundo de la gente. (*)»


LA EXPERIENCIA DE PAZ Y EL PASAJE DE LA FUERZA

El tercer procedimiento básico que voy a proponer es el contacto con la Fuerza. Seguramente es el más potente de los tres seleccionados y, también, el que requiere mayor perseverancia y acumulación de registros en el tiempo, para producir el máximo efecto. Pero ninguna otra técnica, controlada, produce un impacto tan definitivo en la conciencia como el contacto con la Fuerza. No hay otra vivencia con un potencial semejante para transformar nuestras vidas en sentido positivo. Por ello, antes de entrar en la práctica, quiero citar un par de textos explicativos del libro El Mensaje de Silo:

VII. Presencia de la fuerza

El día quinto.

1. Cuando estaba realmente despierto iba escalando de comprensión en comprensión.

2. Cuando estaba realmente despierto y me faltaba vigor para continuar en el ascenso podía extraer la Fuerza de mí mismo. Ella estaba en todo mi cuerpo. Toda la energía estaba hasta en las más pequeñas células de mi cuerpo. Esta energía circulaba y era más veloz e intensa que la sangre.

3. Descubrí que la energía se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando estos actuaban y se ausentaba cuando en ellos no había acción.

4. Durante las enfermedades la energía faltaba o se acumulaba exactamente en los puntos afectados. Pero si lograba restablecer su pasaje normal muchas enfermedades empezaban a retroceder.

Algunos pueblos conocieron esto y actuaron restableciendo la energía mediante diversos procedimientos hoy extraños a nosotros.

Algunos pueblos conocieron esto y actuaron comunicando esa energía a otros. Entonces se produjeron «iluminaciones» de comprensión y hasta «milagros» físicos».

XII. Los descubrimientos

El día décimo.

Pocos pero importantes fueron mis descubrimientos, que resumo de este modo:

1. La Fuerza circula por el cuerpo involuntariamente, pero puede ser orientada por un esfuerzo consciente. El logro de un cambio dirigido, en el nivel de conciencia, brinda al ser humano un importante atisbo de liberación de las condiciones «naturales» que parecen imponerse a la conciencia.

2. En el cuerpo existen puntos de control de sus diversas actividades.

3. Hay diferencias entre el estado de despierto-verdadero y otros niveles de conciencia.

4. Puede conducirse la Fuerza al punto del real despertar (entendiendo por «Fuerza» a la energía mental que acompaña a determinadas imágenes y por «punto» a la ubicación de una imagen en un «lugar» del espacio de representación).

Estas conclusiones me hicieron reconocer en las oraciones de los pueblos antiguos, el germen de una gran verdad que se oscureció en los ritos y prácticas externas no alcanzando ellos a desarrollar el trabajo interno que, realizado con perfección, pone al hombre en contacto con su fuente luminosa. Finalmente, advertí que mis «descubrimientos» no eran tales sino que se debían a la revelación interior a la que accede todo aquel que, sin contradicciones, busca la luz en su propio corazón.»[6]

Y, en el mismo libro de El Mensaje de Silo, encontramos unas indicaciones instrucciones para ejercitarnos en el contacto con esa Fuerza:

XV. La experiencia de paz y el pasaje de la fuerza

1. Relaja plenamente tu cuerpo y aquieta la mente. Entonces imagina una esfera transparente y luminosa que, bajando hacia ti, termina por alojarse en tu corazón. Reconocerás al momento que la esfera deja de aparecerse como imagen para transformarse en sensación dentro del pecho.

2. Observa cómo la sensación de la esfera se expande lentamente desde tu corazón hacia fuera del cuerpo al tiempo que tu respiración se hace más amplia y profunda. Al llegar la sensación a los límites del cuerpo puedes detener allí toda operación y registrar la experiencia de paz interior. En ella puedes permanecer el tiempo que te parezca adecuado. Entonces haz retroceder esa expansión anterior (llegando, como al comienzo, al corazón) para desprenderte de tu esfera y concluir el ejercicio calmo y reconfortado. A este trabajo se le llama «Experiencia de Paz».

3. Pero, en cambio, si quisieras experimentar el pasaje de la Fuerza, en lugar de retroceder en la expansión deberías aumentarla dejando que tus emociones y todo tu ser la sigan. No trates de poner tu atención en la respiración. Deja que ella actúe por sí sola mientras sigues la expansión fuera de tu cuerpo.

4. Debo repetirte esto: tu atención, en tales momentos, debe estar en la sensación de la esfera que se expande. Si no puedes lograr esto conviene que te detengas y lo intentes en otra oportunidad. De todas maneras, si no produces el pasaje podrás experimentar una interesante sensación de paz.

5. Si, en cambio has ido más lejos, comenzarás a experimentar el pasaje. Desde tus manos y otras zonas del cuerpo te llegará un tono de sensación diferente al habitual. Luego percibirás ondulaciones progresivas y al poco tiempo brotarán con vigor imágenes y emociones. Deja entonces que se produzca el pasaje…

6. Al recibir la Fuerza percibirás la luz o extraños sonidos dependientes de tu particular modo de representación habitual. En todo caso importante será la experimentación de la ampliación de la conciencia uno de cuyos indicadores deberá ser una mayor lucidez y disposición para comprender lo que ocurre.

7. Cuando lo desees puedes terminar con ese singular estado (si es que antes no fue diluyéndose por el simple transcurrir), imaginando o sintiendo que la esfera se contrae y luego sale de ti del modo en que había llegado al comenzar con todo aquello.

8. Interesa comprender que numerosos estados alterados de conciencia han sido y son logrados, casi siempre, poniendo en marcha mecanismos similares a los descriptos. Desde luego que revestidos de extraños rituales o a veces reforzados por prácticas de agotamiento, desenfreno motriz, repetición y posturas que, en todos los casos, alteran la respiración y distorsionan la sensación general del intracuerpo. Debes reconocer en ese campo a la hipnosis, la mediumnidad y también la acción de droga que, actuando por otra vía, produce similares alteraciones. Y, por cierto, todos los casos mencionados tienen por signo el no control y el desconocimiento de lo que ocurre. Desconfía de tales manifestaciones y considéralas como simples «trances» por los que han pasado los ignorantes, los experimentadores y aún los «santos», según cuentan las leyendas.

9. Si has trabajado observando lo recomendado puede suceder, no obstante, que no hayas logrado el pasaje. Ello no puede convertirse en foco de preocupación sino en indicador de falta de «soltura» interior, lo que podría reflejar mucha tensión, problemas en la dinámica de imagen y, en suma, fragmentación en el comportamiento emotivo… Cosa que, por otra parte, estará presente en tu vida cotidiana.


De tal modo, en caso de poder acceder a la Experiencia de Paz, se consigue un registro significativo y que sirve de base para posteriores avances. Además, de no conseguir inicialmente el máximo resultado, queda la invitación abierta a mejorar aquellos aspectos, ya presentes en nuestro acontecer diario, que nos están lastrando todavía. Para ello hay otras producciones disponibles, como los citados libros Autoliberación y Experiencias Guiadas y una gran cantidad de trabajos y talleres formativos, que están disponibles a través de los Parques de Estudio y Reflexión y de las comunidades del Mensaje.

Estos conjuntos humanos están localizables en internet[7], así como toda la obra de Silo, que tiene un lugar central de libre acceso a las versiones oficiales de sus libros y conferencias en el sitio www.silo.net.

Además, está toda la producción de libros y materiales relacionados, a cargo de los seguidores de siloístas en todo el planeta. Dispersos por toda la red y también difundidos por algunas editoriales, como la que publica este libro, Ediciones León Alado.

La constancia en el Trabajo

Como dijo Silo, remedando un eslogan comercial argentino del siglo pasado: «Cada día una copita, estimula y sienta bien». Y así como alimentamos a diario el cuerpo, igual hemos de hacer con el espíritu.

De todas maneras, la disposición previa a cualquier trabajo será determinante de los resultados.

En primer lugar, está el propósito que nos mueve. Sería muy distinto acceder a cualquier técnica de mejoramiento personal con la finalidad de obtener ventaja sobre otros competidores del entorno laboral, o hacerlo movido por el amor y la compasión hacia el género humano. Desde luego que recomendamos totalmente el emplazamiento desde la Regla de Oro que dice: «Trata a los demás como quieres que te traten a ti». Empezando con uno mismo. El trato afectuoso hacia sí es condición de base. También lo es la disposición humilde y cuidadosa, para progresar sin forzamientos, ya que la evolución es un proceso cuyos pasos no pueden saltarse. Y tener claro un propósito de vida, coherente con nuestras aspiraciones, para que nos dé dirección en todas las áreas de nuestra existencia.

Tanto si estamos iniciando un nuevo camino, como si llevamos tiempo trabajando sobre nosotros mismos, nuestro progreso se beneficiará siempre de tres elementos: la práctica sostenida es uno de ellos, la progresiva apertura emotiva es otro y la adecuada y periódica reflexión sobre nuestro proceso, es el tercero. Debemos avanzar en coherencia para tener resultados.

Por último, quiero animar a evitar la autocensura sobre las pequeñas o grandes inspiraciones que nos llegan. Prestémosles atención, porque lo Profundo en nosotros a veces se expresa de forma inesperada.

Y, si aun teniendo acceso a herramientas, no conseguimos avanzar, busquemos a otras personas que nos acompañen, es mucho mejor siempre la experiencia.


Notas al pie

[1] Silo, Silo a Cielo Abierto, Editorial El León Alado. 2015.

[2] Silo, Inauguración de Sala Sudamericana, Silo A Cielo Abierto, Editorial El León Alado. 2015.

[3] L.A. Ammann. Autoliberación. Ediciones León Alado. 2015.

[4] https://experienciasguiadas.com (entre otros sitios)

[5] https://es.humanipedia.org/index.php/El_Libro_de_La_Comunidad

[6] Silo. El Mensaje de Silo. El Libro, Cap. VII y XIII. Editorial EDAF. 2008

[7] https://www.parquemanantiales.org/otros-parques/ (entre otros sitios)

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